JOSÉ JUAN TABLADA
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de la era Meiji, Numada Kashin, autor del precioso libro Shiné Gafú (aves y plantas), y Kono Bai Rei, a cuyo pincel se debe una bella y numerosa serie ornitográfica.
   Pero olvidaba mencionar una obra maestra del género, el noble y pintoresco Ehon Taka Kagami o Libro-espejo de los halcones, el más bello libro de volatería y cetrería que haya caído en mis manos, cuyos cinco volúmenes registran cuanto a esas aves se refiere: episodios cinegéticos reales; legendarias anécdotas; poesías ilustradas, crianza y preparación de los bravos pájaros y luego las imágenes de todas las especies de aguiluchos, azores, arpellas, gerifaltes, halcones, gavilanes, cernícalos, tagarotes, milanos y neblíes, usados en el muy noble arte de la cetrería.
    Figuran también en esa obra halcones del ya mencionado Cho-Kuan y los clásicos de Kano Sanraku encapirotados y sujetos a sus ricas, alcándaras de laca y oro.

    Eso no obstante, las aves pintadas por Hiroshigué manifiestan singular maestría y rara distinción.
     Tengo frente a mí dos estampas incluidas ambas en el Catálogo de Hayashi. La una de gran formato apainelado, representa un bando de tres ánades salvajes sobre un cielo nebuloso donde esplende el disco enorme del plenilunio; en ella vemos aparecer por vez primera, bajo la firma, el original sello del maestro que representa en forma esquemática un caballo visto por detrás y un ciervo echado junto a él, sello que aquí reproducimos:
 
 
 
 
 
 


 
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