de
la era Meiji, Numada Kashin, autor del precioso libro Shiné Gafú
(aves y plantas), y
Kono Bai Rei, a cuyo pincel se debe una bella
y numerosa serie ornitográfica.
Pero olvidaba mencionar una obra maestra
del género, el noble y pintoresco Ehon Taka Kagami o Libro-espejo
de los halcones, el más bello libro de volatería y cetrería
que haya caído en mis manos, cuyos cinco volúmenes registran
cuanto a esas aves se refiere: episodios cinegéticos reales; legendarias
anécdotas; poesías ilustradas, crianza y preparación
de los bravos pájaros y luego las imágenes de todas las
especies de aguiluchos, azores, arpellas, gerifaltes, halcones, gavilanes,
cernícalos, tagarotes, milanos y neblíes, usados en el muy noble
arte de la cetrería.
Figuran también en
esa obra halcones del ya mencionado Cho-Kuan y los clásicos
de Kano Sanraku encapirotados y sujetos a sus ricas,
alcándaras de laca y oro.
Eso no obstante, las aves pintadas
por Hiroshigué manifiestan singular maestría y rara distinción.
Tengo frente a mí
dos estampas incluidas ambas en el Catálogo de Hayashi. La una de
gran formato apainelado, representa un bando de tres ánades salvajes
sobre un cielo nebuloso donde esplende el disco enorme del plenilunio;
en ella vemos aparecer por vez primera, bajo la firma, el original sello
del maestro que representa en forma esquemática un caballo visto
por detrás y un ciervo echado junto a él, sello que aquí
reproducimos: