alguno de sus mil brazos, volveré a ti
Maestro bien amado, y proseguiré contigo el viaje interrumpido.
Este libro, que dedicado a
tu obra y a tu vida debía ser uno, en el propósito inicial,
tendrá una segunda parte, se duplicará como las puertas de
una capilla shintoísta recelando al numen, se desdoblará
como un biombo velando una presencia augusta... lucirá después
de la tormenta que nubla a la patria mía, tendiendo los matices de
esa obra pictórica, como el arco iris donde tu genio captó
las maravillas únicas de tu patria admirable!