No se sabe en qué día del año de 1547 nació Cervantes. Sus biógrafos titubean entre dos fechas extremas: el 29 de septiembre, fiesta de San Miguel Arcángel, y el 9 de octubre, en que el futuro gran escritor fue bautizado. Es curioso comparar las razones que se aducen en busca de la solución a ese enigma.
Comencemos por recordar que apenas hay datos biográficos acerca de Cervantes en los escritos de sus coetáneos. Los que nos han llegado son de bien poca monta. Sabemos, por ejemplo, que en su vejez usaba espejuelos para leer porque Lope de Vega escribía al duque de Sessa el 2 de marzo de 1612: "Yo leí unos versos con unos antojos de Cervantes que parecían huevos estrellados mal hechos". Se decía entonces antojos por síncopa de anteojos. La lectura fue en la "Academia Salvaje", así llamada porque se reunía en casa de don Francisco de Silva, hermano del Duque de Pastrana. El préstamo, sea dicho de paso, es prueba de que en aquellos días se había templado la malquerencia de Lope hacia el ya famoso autor del Quijote.
De bastante mayor peso que esa anécdota baladí es lo que asienta Fray Diego de Haedo en su Topographia e historia general de Argel, impresa en Valladolid en 1612: "Del cautiverio y hazañas de Miguel de Cervantes -dice- se pudiera hacer una particular historia". Encomia su audacia y valor, "por cosas que intentó para dar libertad a muchos" y recoge los nobles conceptos del abnegado doctor Antonio de Sosa acerca de la energía y grandeza de alma que mostró su compañero de infortunios en la "gomia y tarasca de todas las riberas del mar Mediterráneo".
El primer biógrafo de
Cervantes fue don Gregorio Mayáns y Siscar, "el erudito más
eminente de su tiempo", según opina don Jaime Fitzmaurice-Kelly,
historiador inglés de la literatura española, en su libro
Miguel de Cervantes Saavedra; reseña documentada de su vida.
Los "apuntamientos" de Mayáns aparecieron en 1738, al frente de
la edición en español del Quijote en cuatro tomos
en 4° mayor, hecha por Jacobo y Ricardo Tonson, libreros de Londres.
En su dedicatoria al "Exmo. señor don Juan, Barón de Carteret",
manifiesta Mayáns que redactó la biografía "recogiendo
lo que de sí mismo dice Cervantes en sus obras". Le supuso madrileño,
pues tomó al pie de la letra el verso en que, al despedirse de Madrid
para emprender el "viaje del parnaso", exclama el poeta: "hoy de mi patria
y de mí mismo salgo". Más sorprendente es que también
Lope de Vega -amigo, por temporadas de Cervantes- le creyese madrileño,
en la Silva, VIII del Laurel de Apolo. La realidad es que el verso
alude a España y no a su capital.
Aquella desafortunada suposición
es perdonable: el más sabio no todo lo sabe. Y con acierto afirma
don Cayetano Alberto de la Barrera y Leirado, en su docto y ameno libro
póstumo El cachetero del Buscapié (Santander, 1916),
que el "eruditísimo y siempre difuso y atildado" Mayáns,
desempeñó su cometido según era de esperar de su erudición
y celo, aprovechando los escasos materiales de que a la sazón podía
disponer".
La corta linfa de esas y otras fuentes similares no podría apagar nuestra sed de saber. La vida del "regocijo de las Musas" se ha reconstruido poco a poco, reemplazándose las conjeturas por evidencias a medida que tenaces investigadores exhumaban de los archivos documentos fehacientes.
A la cabeza de tales investigadores figura el doctísimo benedictino Fray Martín Sarmiento, quien encontró en la Topographia de Haedo la indicación de que Cervantes era natural de Alcalá de Henares. Sus amigos don Agustín de Montiano y Luyando, y, después, don Manuel Martínez de Pingarrón, hicieron que fuesen revisados los libros parroquiales de aquella ciudad y de ese modo se descubrió la partida de bautismo. Se publicó ésta por primera vez en el Discurso segundo sobre las tragedias españolas (Madrid 1753), de Montiano, quien, por cierto -y basta el rasgo para justipreciar su falta de sentido crítico en cuestiones literarias aunque en las históricas fue competentísimo-, prefería el Quijote de Avellaneda al de Cervantes.
Desatadas las abreviaturas, retocada un tanto la ortografía y puesta la puntuación, el acta reza así: "domingo, nueve días del mes de octubre, Año del Señor de mil quinientos e quarenta e siete años, fue baptizado Miguel, hijo de Rodrigo de Cervantes e su mujer doña Leonor; fueron sus compadres Juan Pardo; baptizóle el reverendo señor Bachiller Serrano, Cura de Nuestra Señora; testigo Baltasar Vázquez, sacristán, e yo que le baptizo e firmó de mi nombre: El Bachiller Serrano".
Se creyera que no hay porqué discutir la fecha del bautizo, mas se ha objetado que l partida pudiera no ser la de Miguel Cervantes Saavedra. Aparentemente, en efecto, en ella se lee "Carvantes" y no "Cervantes", pero es sensato atribuirlo a la mala caligrafía -para ser exactos diremos: pésima- del bachiller Serrano. El buen hombre -o su amanuense, pues no parecen de una sola mano el texto y la firma- trazaba muy mal las letras y, por añadidura, les ponía ornamentos: precede a la "v" un amplio rasgo que semeja una "C" mayúscula, y en el hueco está lo que según los impugnadores del documento es "ar". Quienes apoyan la autenticidad sostienen que la "c" y la "e", reducidas a someros rasgos oblicuos, están ligadas por la parte superior, y la supuesta "C" mayúscula es un adorno de la "v", que al mismo tiempo sirve de cedilla a la inicial minúscula del apellido.
La mayor parte de los biógrafos admite que nadie sabe la fecha en que nació Cervantes, y se limitan a decir que fue bautizado el 9 de octubre. Pero ya el segundo de ellos, don Vicente de los Ríos, en su Vida publicada en 1780, dice categóricamente: "nació en Alcalá de Henares a 9 de octubre del año de 1547". La nota correspondiente a ese renglón ocupa varias páginas. Refuta en ella la suposición de Mayáns, refiere el descubrimiento de la partida de bautismo y recusa con buenas razones el aserto, por algún tiempo admitido como válido, de que Cervantes nació en Alcázar de San Juan.
Opinión mucho más divulgada es la que anticipa la fecha del nacimiento. Bastará citar unas cuantas referencias. Don Antonio Espina, en su breve pero substanciosa biografía, tras de mencionar la fecha del bautizo, escribe: "nació uno o dos días antes del citado, o tal vez el 29 de septiembre -festividad de San Miguel- como quieren algunos biógrafos". Uno de éstos, francés: M. Jean Babelon, se mantiene en el campo de las hipótesis: "Probablemente había nacido algunos días antes, el 29 de septiembre, en la festividad de San Miguel, de donde procede su nombre cristiano". Esa era también la opinión de don Juan Eugenio Hartzenbusch. Don Antonio Maldonado Ruiz, por su parte, dice: "en el citado año nació Miguel en fecha desconocida hasta el presente". Y añade: "Podría conjeturarse, con probabilidad de acierto, que Miguel de Cervantes nació el 29 de septiembre, festividad de San Miguel, teniendo presente la costumbre de Castilla de imponer al recién nacido el santo del día y no existir antecedentes familiares de este nombre. En contra de ese criterio alégase en que la Iglesia obligaba al bautizo dentro del tercer día, razón poco consistente si se considera que el acto pudo dilatarse por motivos de salud". Y en cuanto a la extraña grafía que figura en la partida de bautismo, aclara: "Carvantes, por Cervantes, Cebantes o Ceruantes, es falta que no debe tomarse en consideración, pues con esta diversa ortografía aparece escrito en aquella época". Don Luis Astrana Marín, en el estudio titulado Cervantes y el Quijote que sirve de introducción al texto de la obra maestra en la edición del IV centenario del nacimiento de su autor (Madrid, Editorial Castilla, 1947), es categórico: "nació en Alcalá de Henares el jueves 29 de septiembre de 1547, festividad de San Miguel, y recibió aguas bautismales en la iglesia de Santa María la Mayor el 9 de octubre". En su Monumental vida ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes Saavedra, de la que van publicados cuatro volúmenes en folio, con 2,218 páginas -y apenas llegan hasta principios de 1592, poco más de mediada la existencia del biografiado-, tras de asentar la fecha del bautismo, pone: "la proximidad del 9 de octubre con la Dedicación de San Miguel, 29 de septiembre, sugiere que debió de nacer en este día y de él recibir el nombre". Y después de mencionar a un mal identificado pariente llamado Miguel Díaz, mercader de Córdoba, que pudo ser antecedente del nombre de pila, agrega: "nuestra firme opinión opta por el primer supuesto: Cervantes nació el 29 de septiembre, jueves". Pero recuerda que esas fechas se refieren al calendario antiguo, vigente hasta el 9 de diciembre de 1582; en virtud de la reforma gregoriana, el día siguiente a ése fue el lunes 20 de diciembre de 1582. Lo cual lleva al biógrafo a la siguiente conclusión: "Así, Miguel de Cervantes, con arreglo a nuestro calendario, nació el 9 de octubre de 1547 y fue bautizado positivamente el 19 del mismo mes". Precisión que más enturbia que aclara las cosas.
Para terminar, recordaremos la opinión de Fitzmaurice-Kelly. En su Historia de la Literatura Española dice: "Se ignora la fecha exacta de su nacimiento". Y en nota añade: "De que Cervantes llevara el nombre de Miguel, se ha saltado a la conjetura de que nació en la fiesta de San Miguel, el jueves, 29 de septiembre de 1547".
La conjetura es plausible y, hasta
que de algún mal explorado archivo surja algún amarillento
papel que ponga ese punto sobre aquella i, sensato es atenerse a
ella.
Febrero de 1953