tendrían
con el medro pecuniario, la independencia y el éxito feliz que desconocen.
Pero aun suponiendo que los pintores, ya atrofiados para la lucha, fueran
reacios a estas sugestiones, en ellas, señor Ministro de Instrucción
Pública, está contenido todo un programa vital y fecundo
para ser realizado por la Academia de Bellas Artes hasta hoy insignificante,
dispendiosa y estéril...
Hacer los meisho, parcial y sucesivamente, hoy por ejemplo, el de
la región lacustre michoacana; después el de alguna ciudad
colonial, más tarde el de algún centro arqueológico
o de algún lugar histórico...
Y realizando tal empresa se lograrían paralelamente, altos fines:
hacer artistas; hacer arte nacional; pero sobre todo... hacer Patria!