Aun materialmente periclitan. El gobierno los forma, los sostiene, los
pensiona en Europa y cuando regresan vuelve a recogerlos en la cátedra
donde forman nueva generación de artistas que corre la misma suerte...
Aun materialmente periclitan nuestros pintores, porque no han sabido interesar
al público ni crearle necesidades de arte y de belleza. Empéñanse,
descendiendo ya de la ebúrnea torre, en retratar al burgués
esquivo o en decorar el palacete del prócer;... pero el burgués
se retrata en la fotografía y el prócer decora su mansión
con papel tapiz, a tanto el metro...
Ofendidos los pintores vuelven a enconcharse en su carapacho; hostiles
a toda adaptación al medio forman esa falange antisocial y lamentable
de los "no comprendidos", y con bocas amargas resígnanse a mascullar
el parsimonioso pan del profesorado, de la pensión o de la "chamba"
depravadora.
Qué suerte tan diversa correría el pintor o el grupo de pintores
que abriendo los ojos y empuñando el lápiz o el pincel, intentaran
una obra semejante a la que los japoneses realizan en los Meisho,
causa de esta digresión!
Asociados en una empresa editorial, recopilando las bellezas de varia índole
dispersas en nuestro vasto territorio, harían por fin la obra viva
y palpitante, la obra a un tiempo artística y democrática
que por un motivo o por otro, a todos interesaría.
Realizando tal empresa los pintores mexicanos pasarían de la condición
de parias a la de fuerzas activas en la marcha social hacia el progreso
y ob-